martes, 22 de septiembre de 2009

Sobre el papel, bueno, sobre el papel digital

Qué ilusión me ha hecho ver la historia de la conexión brasileña en la web www.vigoalminuto.com (os la recomiendo, por cierto). He de confesar que yo no había visto el famoso anuncio de Vodafone, pero lo busqué en youtube y creo que refleja muy bien lo que podría ser ese momento. Estoy dándole vueltas a la parafernalia de ese día. Hay quien apunta a que podíamos instalar dos focos gigantes que se encendiesen justo cuando comenzase la conexión y apuntasen directamente a mi abuelo. Evidentemente el que propuso esta idea está de cachondeo, porque ya puestos, yo podía hacer de Isabel Gemio e ir preguntando entre la familia si alguien tiene alguna historia oscura u oculta algo. Casi que esto último no lo vamos a hacer, no vaya a ser que salga a la luz lo que hasta ahora ha permanecido oculto. Es lógico que lo de los focos de luz tampoco lo vamos a hacer, pero admito sugerencias para que el shock de la conexión se amortigüe. Hay a quien se le fue la olla y propuso que un grupo de garotas fuesen a bailar samba (iniciativa aplaudida por el sector masculino de mi familia) y otros que dicen que amenicemos la conexión con bossanovas. En fin, para todos los gustos. Ah! Hay quien me ha pedido que grabe el encuentro. Lo estoy sopesando. Lo que sí es cierto es que nuestra conexión no tendrá que envidiar nada a las de la Nasa.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Lo estoy consiguiendo...

Sí, estoy intentando cumplir el principio de ser aplicada. Dije que iba a actualizar el blog y aquí estoy. Últimamente Brasil ocupa una parte importante de mi tiempo. Para aquellos que no lo sepáis, acabo de descubrir que tengo unos cuantos familiares en ese país. Hace 60 años un hermano de mi abuelo emigró y se instaló en Rio de Janeiro. Nunca jamás supimos nada de él. No sabíamos que había sido de él porque nunca jamás volvió y, ni siquiera, nunca jamás llamó ni escribió. Por gente de la aldea supimos que se había casado y que había tenido cuatro hijos mulatos. Lo de mulatos lo apunto porque en aquel momento nos parecía algo exótico, teniendo en cuenta que en mi familia somos blancos. Pues bien, hace un par de meses fui a entrevistar a Carlos Núñez. Acababa de estrenar su disco 'Alborada do Brasil'. Al terminar la entrevista, le conté esta historia y me dijo que por qué no intentaba saber algo de esa parte de la familia, que si alguna vez lo conseguía, que lo avisase. Pasaron los días y en mi familia decidieron que para el 80 cumpleaños de mi abuelo, que será ahora en octubre, teníamos que hacerle algo especial. Primero pensamos en una comida familiar, luego se nos ocurrió regalarle un libro con fotos de toda su vida... Hasta que se nos encendió la bombilla y pensamos que el mejor regalo sería que tuviera noticias de su hermano. Así que empecé a navegar en internet. Pensé: "A ver Laura, esto no puede ser tan difícil. Tienes el nombre del señor (Ernesto) y su apellido (Filgueiras). Sabes que vive en Brasil...". Pero nada, ni rastro de esa persona. Un día, en casa de mis abuelos, encontré, en un pequeño papel arrugado, una dirección de Brasil. Así que probé en internet, en diversas páginas amarillas, pero nada, ni rastro de ese señor. En una conversación con mi abuela, descubrí que en Brasil los hombres se ponen el primer apellido de su mujer (qué avanzados), pero, claro, nadie sabía el nombre de la mujer que se había casado con Ernesto. Gracias a los foros descubrí una web, parecida a las páginas amarillas, en la que podías teclear la dirección y, uy, si tenías suerte podía aparecer el teléfono de la persona que estabas buscando. Me registré como una ciudadana brasileña que vivía en Sao Paulo (a lo mejor la Interpol aún me está buscando) y, bingo, en esa dirección que yo tenía vivía una tal Penha Marcelina. Llamé a ese número de teléfono y una mujer muy amable me dijo que Penha ya no vivía allí, que había fallecido hacía dos años. Mi gozo en un pozo. Entonces le pregunté si en esa casa vivía Ernesto Filgueiras y me dijo "Sí" y entonces, a partir de ahí, dejé de escuchar. Lo siguiente que recuerdo fue que me preguntó si quería hablar con él y le dije que no, que quién era ella, que con quién estaba hablando. Se llamaba Vivian y era la hija de Ernesto. Le conté quién era y lo único que repetía era "estou muito feliz, estou muito feliz". Los había encontrado!!! Vivian es una de los cuatro hijos de Ernesto. Tiene más o menos mi edad y viene siendo prima de mi madre. Me contó que llevaban muchos años intentando ponerse en contacto con su familia española pero que no tenían ni una dirección, ni un teléfono. Nos dimos los mails y ahora, cada día, nos actualizamos sobre asuntos familiares. Ya nos hemos intercambiado fotos y no os imagináis qué shock al ver que el hermano de tu abuelo se parece un montón a él y que 60 años después descubres que tu familia es bastante más grande de lo que tú creías. Todo esto es un secreto para mi abuelo. No sabe nada. Su regalo de cumpleaños va a ser una conexión webcam con su hermano. Vamos a llevar tecnología punta a la aldea y ríete tú de Pedro Duque cuando conectaba con la tierra y se echaba unas risas con Aznar. Le he contado la historia a Carlos Núñez, tal y como le prometí. La única persona que desconoce todo es la más interesada, mi abuelo. Así que en cuanto sea la celebración, prometo daros nás noticias. Mientras tanto, me voy a tomar una caipirinha a la salud de Brasil!

viernes, 18 de septiembre de 2009

Que sí, que me propongo actualizarlo

He tardado, pero por fin me he decidido. Ya tengo un blog, que ahora es lo más in. Y como es lo más in, lo he titulado Laura's closet, siguiendo siempre fielmente a Carrie Bradshow. Y es que este blog pretende ser un armario con ropa de varias temporadas (y básicos, claro) o más bien un cajón de sastre, en el que habrá hueco para todo tipo de temas, en función del día. ¿O acaso no nos ponemos diferentes prendas de ropa dependiendo del tiempo y del estado de ánimo? Pues eso, que espero que haya sabido reflejar, en estas pocas líneas, lo que pretendo con este blog. Así que si algun@ de vosotr@s tiene alguna idea que quiera exponer aquí, ya sabéis, me la contáis, que al fin y al cabo por algo elegí esta profesión, y yo intento plasmarla lo mejor que pueda. Tengo varios temas en la recámara, o como decimos los periodistas, varias neveras, que iré colgando poco a poco. Dadme tiempo. Nos vemos